Mi amor.
Nada más que un beso tuyo para alcanzar el cielo. Nada más que rozarte para estremecerme de pasión y deseo. Acariciando una tostada perfección, mi perfección. Elevando tu sonrisa al máximo exponente de la felicidad absoluta, mi rutina de ejercicio al verte. Nada más que compartir momentos contigo para dar fe de que a veces las fórmulas irracionales funcionan. Despejar la incógnita y comprobar que el resultado es positivo. Nada más que tú y yo, superando las barreras.
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